La gran mayoría de las mujeres presentan cierto grado de asimetría mamaria y, en general, esta situación suele vivirse con completa naturalidad. Sin embargo, en algunos casos, esta asimetría natural se presenta de forma excesivamente marcada y es vivida por la paciente como un verdadero problema.
La asimetría mamaria también puede ser parte de un síndrome de Poland. En forma aislada puede ocurrir en tres formas, con asimetría menor de las mamas (tipo I), que no requiere corrección si no afecta psicológicamente a la paciente, con asimetría mayor de las mamas (tipo II, con más de un 30% de diferencia en volumen), requiriendo corrección quirúrgica con el uso de implantes, y asimetría mayor que excede el 50% del volumen o cuando la mama además presenta ptosis (tipo III). El síndrome de Poland puede una patología hereditaria y en este tipo de casos también puede existir alteraciones de varias estructuras anatómicas del mismo lado del cuerpo, tales como ausencia del músculo pectoral que se ubica bajo la mama o anormalidades del brazo, antebrazo y mano del mismo lado.
La mejor técnica para las asimetrías es la utilización de los injertos de tejido adiposo o grasa propia. Precisamente la plasticidad de la grasa nos permite inyectarla donde nosotros queramos. La grasa funciona como una masilla, de manera que podemos modificar la forma de la mama e incrementar el volumen donde más hace falta, sin tener que cambiar los implantes o poner implantes muy diferentes .
Si tienes los pechos desiguales y te gustaría realizarte una cirugía mamaria consulta antes con la Dra Rocio soto, Especialista en aumento del pecho y sobre todo, de las últimas técnicas en el uso de tejido adiposo, con las que se están obteniendo los resultados más satisfactorios.