“Un hermoso cuerpo promete un alma bella”,

sentenció Sócrates.

Pero a mí me corroía la duda. Las promesas no siempre se cumplen. Hasta que llegó  a mis manos un reciente estudio en el que se relaciona el bótox con la cura de la depresión. ¿sorprendente? las mujeres con síntomas depresivos que se pusieron bótox para mejorar el aspecto de su rostro vieron cómo sus síntomas desaparecían, en algunos casos por completo. ¿Será verdad que la belleza física cura el alma y, por lo tanto, la hace bella? ¿Tendrá Sócrates razón?

Por si acaso, pongámonos manos a la obra. No creo que un cambio de nariz te vaya a hacer mejor persona, pero sí subirá tu autoestima varios enteros.

Y si además puedes hacerlo sin pasar por quirófano ¿que más se puede pedir?. estamos seguros de que lucir un vientre plano, unas piernas sin celulitis, un pecho de veinteañera o una cara con menos arrugas no va a darte el pasaporte al nobel de la paz, pero sí mejorará tu ánimo, te querrás más a ti misma-de nuevo, la estética alejando el fantasma de la depresión- o eso aseguran, al menos, los psicólogos-. ¿Todo esto conseguirá embellecer tu alma? No lo sé, la verdad. Pero hagamos caso al viejo Sócrates y creamos, al menos, en la promesa de que eso ocurra.