Uno de los tratamientos antiedad más famosos, el botox se está revelando como un perfecto aliado contra ciertas enfermedades. Además de servir como tratamiento contra el exceso de sudoración (hiperhidrosis), los nuevos tratamientos basados en la toxina botulínica han conseguido mejorar la calidad de vida de uno de cada dos pacientes con cefaleas, una de las dolencias más extendidas, dolorosas y que apenas tienen soluciones lejos de las pastillas y el reposo absoluto.
Los datos de prevalencia de migraña en población general la sitúan en el 12 % de la población general, cerca del 18-20 % en mujeres y del 5-6 % en hombres, ello implica que en España con unos 45 millones de habitantes, habría unos 5.4 millones de migrañosos.
La principal causa de aparición es genética. Se trata de una enfermedad que se puede heredar de forma poligénica, es raro encontrar pacientes que no tengan antecedentes de migraña en sus familiares más cercanos, aunque puede ocurrir. Se hereda la predisposición, luego en cada caso hay unos factores desencadenantes que ponen en marcha crisis de migraña, como el estrés, la menstruación en las mujeres, los cambios de ritmo de sueño, los viajes, la exposición a la luz, y un largo etcétera.
Este tratamiento no sólo se usa para el rejuvenecimiento facial si no también para la zona capilar, ofreciendo una hidratación intensiva al cabello y que promete recuperar el brillo, reparar las hebras maltratadas y devolver el agua perdida. El botox capilar no es un tratamiento como la keratina u otro procedimiento alisador que modifica la onda del cabello y cambia su estructura; por lo contrario, el botox capilar también sirve como una alternativa para reparar el daño causado por los químicos de los tratamientos alisadores. Es muy importante comprender que el botox capilar no producirá un cambio en la forma del cabello sino en el fondo.